Muchas veces, sin darnos cuenta, somos protagonistas de echos que demuestran, de una forma simple, que una buena tertulia entre amigos, o incluso con nuevas amistades, durante una comida, una cena, etc... es un ejercicio donde se trasmite la amistad y donde se comparten sentimientos diversos, puntos de vista, y sobre todo mucha, mucha información. Temas tan variados, muchos de ellos intrascendentes para cualquiera de los asistentes, y otros de gran interés para unos y algo menos para los otros, pero al fin y al cabo, con una buena tertulia, uno hace "terapia" sin darse cuenta. Nos deshacemos, por un momento, de nuestros pesares y de los pensamientos que nos borran esa alegría natural de cada uno, y que mejor guía para un ejercicio de esta magnitud, que un para de buenos vinos, que digo buenos, únicos y extraordinarios, por que así se transforman, si, es cierto, que en función del estado de ánimo de cada persona y del momento estos vinos pueden aumentar su calidad, porque nos trasmitirán, o mejor dicho, estaremos en con una mayor sensibilidad hacia ellos, con lo que aumentará nuestra satisfacción y el sentimiento de terapia y de buen momento será perfecto o casi perfecto. Por el contrario para que en el caso de que nuestra estado de ánimo no sea el deseado, vanos que estemos algo decaídos, si es cierto que, que el vino sea de buena calidad nos ayudará a remontar esa situación de decaimiento y nos levante el ánimo y seamos más participativos y logremos el objetivo de disfrutar de compartir todo lo mejor que cada uno lleva dentro.
Todo esto viene a cuento, de que un día sin un motivo aparente, un grupo de amigos y conocidos, bueno ahora ya buenos amigos todos, capitaneados por Julián Urbano, como anfitrión y abanderado de esta iniciativa, hoy ya consolidada, decidió compartir mesa, mantel y algunos vinos, como excusa para poner en práctica, esta terapia de la conversación y el vino, para ayudar a levantar ese ánimo que en un momento dado y por circunstancias que no vienen al caso, lo tenía algo bajo, y con la intención de compartir sus cosas y unas botellas de vino, nos juntamos de vez en cuando, bueno con cierta asiduidad, y disfrutamos de ese rato de buena compañía, de risas y muchas, muchas palabras. Como verán el vino es un buen conductor para el intercambio de conocimiento y para disfrutar de unos buenos sorbos de vino.
Como ejemplo les dejaré las reseñas de una de las primeras sesiones que, como ya es costumbre las realizamos en el marco del SEA RESTAURANTE, en Cala Estancia. Los vinos que disfrutamos durante la cena fueron:
Billicard Salmón Gran Cuveé Brut 1996.
Chassagne Montrachet 1er Cru "Les Chenevottes" (Leroy) 2000
Puliny Montrachet 1er Cru "Les Chalunaux" (Oliver Leflaire) 2000
Paul Joboulet Aine "Le Chapelle" (Hermitage) 1999
Chateau Latour 1er Cru 1989
Lois Roederer Cristal 2002
Taylor Vintage Brut 1985
Y el menú que acompaño a tan magníficos vinos fue:
Milhojas de anchoas y pimientos rojos
Merluza a la marinera
Atún rojo
Carrilleras de cordero
Petits foirs
"dejate llevar por las sensaciones"
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