lunes, 30 de noviembre de 2009

Cata de "Bombas", con la cofradia Una de Cada.

Este viernes me volví a juntar con la Cofradía Una de Cada, para participar en su llamada "cata de bombas", esto no es ni más ni menos que, una cata de vinos con un coste no inferior a 30€ la botella, con lo que se entiende que estaríamos ante vinos de una calidad alta y a los que les tendríamos que exigir mucho. La fecha se aprovecho para hacer un poco de despedida antes de las fechas Navideñas, donde es algo más difícil poder reunirse de nuevo, por lo que hasta enero del año que viene no nos volveremos a ver.


En esta ocasión catamos 6 vinos, bueno en realidad 7, ya que uno de los cofrades trajo una botella de un vino mallorquín para ir haciendo boca y para poder degustarlo, se trataba de un vino de elaboración ecológica, y que había obtenido una medalla de oro en el certamen Biofac, el vino era el Binerbó de las bodegas Can Feliú, un vino con un bonito color grana de capa media y brillante. Con aromas de buena intensidad, envolventes con recuerdos de su crianza, a especies dulces, y frutas rojas maduras. En boca presentaba buena estructura, con expresión de fruta madura con recuerdos golosos y final de boca sedoso y de media persistencia. Siempre es muy interesante catar vinos de las islas porque nos sorprenden gratamente.


La cata de "bombas" realmente la componían seis vinos, el primer vino en salir a escena fué de la D.O. Monsant, y elaborado con la variedades garnacha peluda, el TEIXAR 2005, vino de color picota violáceo cubierto. Un vino que rebosa mineralidad, con los toques calcáreos en primer plano. Una nariz bastante intensa, con profundidad, fresca y con buena definición,en la que junto a la mineralidad aparecen notas de sotobosque y algo de fruta roja madura. En boca tiene volumen, notable horizontalidad, fresco, con cuerpo medio, buena acidez y bastante longitud. Tiene nervio y un tanino dulce y carnoso. Excelente Montsant. La puntuación final de este vino fue de 22,15 puntos, quedando en lugar.


El segundo vino fue de la vecina zona del Priorat y elaborado con cariñena y garnacha, el vino FERRER BOBET 2006 Selecció, vino de bonito color picota con ribete amoratado. Presenta una nariz muy expresiva de buena intensidad, con carácter mineral, recuerdos de frutas negras (ciruelas y moras), en confitura, un fondo especiado con un toque balsámico (ligero recuerdo a tabaco y cacao), con mucha profundidad frutal y mineral. En boca es fresco, con cuerpo y buena estructura, vino accesible pero serio y poderoso a la vez.Buena acidez con un final de boca frutal y mineral con tanino bien integrado, buena persistencia y que va ganando con la aireación, un vino para seguir su evolución. su puntuación final fue de 23,84 puntos, quedando en lugar.

El tercer vino fue un Ribera del Duero, elaborado con la variedad tinta del país, el PSI 2007, vino que presenta un color rojo picota, ribetes amoratados, capa media.Un vino con muy buen equilibrio, donde muestra una nariz muy agradable, con aromas de buena intensidad, de corte suave y sutil, con sensaciones frescas, profundas, donde hay desde pasas y cerezas con licor hasta un sabroso toque de incienso (madera) y aires de puro con romero y ciruela negra y un teneu recuerdo floral. Buena actitud en boca con recorrido y peso donde deja una nota muy larga de fruta negra y roja, con mucha complejidad, buena estructura y equilibrio. Muy sabroso. Es un vino que merece beberse de nuevo en unos meses para que la botella deje su huella, su toque de potencia y jugosidad. La puntuación final del vino 22,53 puntos, quedando en lugar.


El cuarto vino, otro Ribera del Duero, el FLOR DE SILOS 2005, presenta un color picota profundo con borde granatoso, de capa alta. Nariz potente, elegante y directa. Con recuerdos a fruta roja madura en sazón y en licor, sobre un fondo balsámico, una nariz con buena evolución, donde más tarde aparecen toques lácteos, chocolate, torrefactos y pimienta negra. El paso por boca es redondo, goloso, profundo , con muy buen cuerpo, con taninos maduros y un envolvente final de notas lácticas y es muy persistente. La puntuación final del vino fue de 25,76 puntos, quedando en lugar.

El quinto vino que catamos fu el tercero de la indicación Ribera del Duero y elaborado con la tinta del país y un poco de cabernet sauvignon, el vino el CARMELO RODERO 2004 Viñas de Valtarrena, vino tinto goloso y potente, y al mismo tiempo suave y aterciopelado. Visualmente de color cereza picota, de capa media alta. En nariz, notas de gran intensidad, con recuerdos de frutas negras en sazón, conjuntamente con recuerdos tostados, cueros y a cafés, nariz muy amplia y elegante. En boca resulta carnoso, estructurado, aterciopelado a la vez que fresco, dotado de gran equilibrio. Resaltan las notas de zarzamoras, de caramelos de café con leche, de bosque umbrío y tabaco de pipa, todo con un fondo mineral que le otorga elegancia y mayor complejidad. Es un vino de muchas sensaciones y muy persistentes. De ahí que el vino acabara con 26,61 puntos y en como vencedor de la cata, ocupando el 1er lugar.

El último de la noche fue para un vino de Rioja elaborado a base de tempranillo, el AURUS 1998, presentaba un color rojo picota y ribete granate. En nariz se nota el paso del tiempo y donde destacan las notas terciarias, con recuerdos de cueros y tabaco seco, de media intensidad. Hay notas especiadas, maderas viejas, leves lácticos ( café con leche ), balsámicos que traen recuerdos de corteza de árbol. En el final de nariz hay un leve recuerdo mineral y un pequeño toque floral de lilas evolucionadas. En boca es ligeramente astringente, de cuerpo y estructura, pero con cierta sequedad, evolución marcada por algo de fruta con hueso y las percepciones minerales. Por retronasal suben aromas tostados, de aceitunas negras y cueros. Creo que en nariz esta cogiendo ese Bouquet de ciertos vinos riojanos ( tiene ciertas características de la tempranillo vieja en botella – curioso el peso genético que al final sale ). Aconsejo no decantar. Esta botella ha perdido un poco de “ fuelle “, aunque indudablemente es de los grandes vinos modernos riojanos. Un vino que no nos dejo indiferentes y que saco una puntuación de 25,07 puntos, ganándose de manera muy meritoria el puesto de la cata.



Así que ahí queda eso amigos, no está nada mal la cata, seguro que a más de uno le hubiese encantado participar, todo es posible, pero recordar que lo importante es ...


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martes, 24 de noviembre de 2009

Cata de vinos en casa de Tolo.

Este sábado me reuní con unos cuantos amigos en casa de Tolo, en "Consell", donde él y su familia tiene una bonita casa a las afueras del pueblo.

Eramos 8, y cada uno de nosotros llevó un vino distinto, sin ningún tipo de restricción, con lo que la cata sería mucho más interesante por la variedad de vinos a la que nos enfrentamos. El primer vino que catamos fue Dominio del Bendito 2004, de la D.O. Toro, elaborado con la variedad tinta fina, vino muy poderoso, con potencia y mucho nervio, a este vino le hace falta algo más de tiempo en botella para que se afine y sea más elegante. Le seguió el vino High Constantia - Sebastian - 2001, vino de Sudáfrica y elaborado con Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon, un vino muy expresivo y con una nariz sublime, elegante, en boca pleno y envolvente y que gusto mucho a todo el grupo. Después le llegó el turno a un vino muy sorprendente de la zona de Castilla y León, el vino Cambrico 2005, elaborado con una variedad minoritaria llamada Rufete y oriunda de esa zona, este concretamente de la zona de Salamanca, un vino con recuerdos de frutas rojas en licor, muy fresco con una buena acidez, y que con su buen conjunto no se notaban sus 15º de alcohol. El siguiente vino fué un Martinet Bru 2006, de la D.O. Priorato, vino franco y potente con una nariz de buena intensidad y en boca con buena carga frutal, notas minerales y expresivas. Luego le llegó el turno a un Chateau La Grave a Pomerol del 98, un vino con mucha finura pero aún muy entero, con buena expresión aromática, buena estructura y potencia en boca, con frutas maduras, notas balsámicas y especiadas un gran vino. Para continuar, regresamos a un vino español y más concretamente de la D.O. rioja un extraordinario Roda I de la añada 2001, este vino nos enamoró a todos por su intensidad aromática, muy amplia, elegante y de gran expresión, en boca con un buquet redondo, taninos finos y muy elegantes y una gran cantidad de notas de frutas en licor, balsámicos, especias, en resumen un vino pleno y de gran calidad. De aquí nos fuimos a al D.O. Ribera del Duero, para catar una novedad el vino Flor de Silos de la añada 2004, un señor vino y lo digo por que es un vino poderoso, con un gran potencial de futuro, muy largo y expresivo con una gran estructura que impresionó al personal, un vino para seguir de cerca.

Entre vino y vino, nuestro compañero Eduardo ("el chileno") de Cellers Unió, para los amigos, nos había preparado unas verduras a la plancha y nuestros amigos argentinos unos buenos chuletones a la brasa, así que como colofón y en la sobremesa, nuestro compañero Tolo nos obsequió con un vino, que es el sueño de muchos aficionados a este mundo, poder catar y saborear uno de los vinos franceses con pedigrí y de difícil adquisición, y no solo por su precio, se trataba de un, y permitirme que lo ponga en mayúsculas, CHATEAU CHEVAL BLANC 1er GRAND CRU CLASSÉ de añada 1997, de la zona de St. Emilión. Todo y que la añada que degustamos no fué una de las mejores valoradas, tengo que decir que fue toda una experiencia, así como un placer, tratándose de un vino con 12 años, desprendía finura a raudales, una nariz fina y muy elegante, con un buquet con recuerdos a sotobosque, frutas en licor, taninos muy suaves pero finos, todo un ejemplo de vino de largo recorrido. Y cuando aún no nos habíamos repuesto de tan agradable sensación, Eduardo nos sacó un vino blanco el Licorella, elaborado 100% con la variedad Pedro ximenez, un vino blanco seco de la zona del Priorato, muy interesante y distinto, muy fresco y largo en boca y del que prestamos buena nota para nuestra próxima cita, ya que a este vino no le vendrían nada mal unas gambas a la plancha, así que ya sabeis por donde irán los tiros para la próxima reunión. En fin, no quiero dejar de agradecer tanto a Tolo, por su hospitalidad y generosidad, y a Eduardo por preparar tan rico manjar, y al resto un fuerte abrazo. salud.






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lunes, 23 de noviembre de 2009

Hoy me toca cocinar a mi.

Como es de bien nacidos ser agradecidos, quise corresponder a mi amigo Miguel y a su mujer Ana, con una comida en mi casa. Como seguimos enfrascados en el la cocina de otoño, pensé en ofrecerles una receta muy típica de Mallorca, y así me aventuré a preparar una buena "Porcella al horno" y ni corto ni perezoso me deje caer por Ca Na Paulina donde fui atendido por Tomás, un tío la mar de simpático, que me propuso una porcella de 4 kilos, con la que me aseguro que triunfaría seguro. Me puse manos a la obra, y lo primero que hice fue colocar al porcella en remojo en agua y sal y unas gotas de limón. Mientras la porcella se daba un baño, fui preparando la guarnición, a base de patató, zanahorias y unas cuantas chalotas, así que me puse a pelar todo, y una vez pelado, lo dispuse en una bandeja del horno, lo salpimenté y lo rocié con un buen chorro de aceite virgen, eso si, de Malorca. Una vez pasado el tiempo del baño del animalito, lo escurrí, unté con con manteca una fuente de horno, e hice lo mismo con la porcella, me unté de manteca las manos y le di un masaje, lo dispuse en la bandeja, lo salpimenté, le añadí unas gotas de limón y medio baso de brandy, para esta ocasión utilicé uno mallorquín, Brandy Gran Reserva Suau, una maravilla. Como previamente había calentado el horno a 190º, introduje la bandeja de la guarnición en la parte baja y en la parte media la fuente con la porcella, a la que unte por su parte superior con un pringue mezcla de aceite, cerveza y un poquito de miel, para que la piel quedara bien crujiente y doradita. La porcella estuvo unos 90 minutos y luego le puse el grill durante 5 minutos más y así me aseguré el exito dejando una piel crujiente que haría la delicia de mis invitados, y así fue como observareis en las fotos, por ser mi primera vez en elaborar esta receta, hace salivar solo el mirarla, y de verdad os digo que estuvo de escandalo, a todo eso para acompañar a tan digno plato, descorche una botella de cava fresco de la bodega Raimat, elaborado con la variedad chardonnay, en honor a la invitada, gran aficionada al cava, y para el resto una botella de un vino de la D.O. Ribera del Duero, y que me perdonen los bodegueros mallorquines, pero de vez en cuando.... el vino fue un Alión cosecha del 99, que acompañó a la perfección, así que ya lo veis, animaros que esto da mucho de si.







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domingo, 8 de noviembre de 2009

Hambre de Otoño. " 2º asalto "

Como ya os comentaba en la anterior entrada, la estación del otoño da mucho de si , gastronomicamente hablando, y aquí tenéis la segunda entrega, y que gracias a la buena mano en los fogones, que tiene mi querida Juanita, que me invitó a comer a su casa, y sorpresa, una "graixonera" de fabulosos caracoles, "viudas" en su gran mayoría, y un aún mejor plato de "conill amb ceba", que sinceramente, estaba de lujo.
Sobre los caracoles os diré que, casi todos eran los que conocemos como "viudas" o más tecnicamente del tipo "Iberus Cartaginensis", tambien llamados por la zona del Levante "chonetes". Así mismo encontré algunos caracoles de los conocidos como "bobers" - (Iberus Alonensis), o llamados también, "serranos" o "vaquetes", típicos caracoles que se ponen el los arroces tipo paellas. El caso es que, sin ánimo de ofender a los del otro día, estos estaban mucho más ricos, sería por el sofrito que Antonio, el marido de Juanita, preparó, o por que estaban cocinados con mucho amor, pero estaban de chuparse los dedos.
Pero lo mejor estaba por llegar, un plato de "conejo con cebolla", una delicia para el paladar, la carne del conejo estaba melosa, tierna y sobre todo muy gustosa, supongo que al haberlo preparado un día antes, la carne se había confitado con la salsa de cebolla y pasas, en fin, que os voy a decir, salvo que ya es la segunda comida de temporada con la que me dado el gusto, a todo ello para tal manjar, busque entre las botellas de mi bodeguita y seleccioné un vino de elaboración ecológica, que se elabora en las bodegas "Es Verger", situada en Esporlas, el vino es "Els Rojals", de la añada 2006, vino de las variedades Cabernet Sauvignon y Merlot, un tinto de crianza, vino que presentaba frescura, frutosidad, pero también las notas de su crianza, los recuerdos de especiados y cierta complejidad, al principio un poco duro, pero poco a poco se fué abriendo y fue mostrando su potencial, sus aromas de buena intensidad, un vino con volumen y cuerpo, y con un final de boca más suave que al principio, que se alió con el plato creando una buena armonía, mostrando el conjunto, ( comida, vino), unas texturas y sabores muy ricos y que hicieron que disfrutase de mi 2º asalto a la gastronomía de otoño.





Como podéis ver, esto no ha hecho más que empezar, así que os espero en mi próxima entrega. Salud amigos.

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lunes, 2 de noviembre de 2009

"Hambre de Otoño"

Si, si, llega el Otoño y no solo para el CorteInglés. Con la llegada del Otoño, se me despierta el hambre, hambre de todos esos productos, que con el cambio de clima, esta estación nos ofrece y que muchos ya añorábamos.
En la cocina mallorquina existe una gran variedad, que desde la vendimia, las matanzas y los pescados de temporada, llegan a nuestros mercados y a las despensas y excitan nuestras papilas gustativas.
si echamos un vistazo por los mercados, veremos, desde los pescados que llegan con las primeras lluvias, "llampugas y verderols", pasando por todo el repertorio de productos que las matanzas nos dejas, (sobrasadas, longanizas, butifarrones, camaiots), etc... En la huerta encontramos las verduras como, alcachofas, coliflores, tomates, y demás. Y en lo que a carnes se refiere toda la del cerdo, y con la llegada de la caza, carne de aves como pichones, tordos y demás, pero no podemos olvidarnos de uno de los productos más apreciados y buscados los "esclatasangs".
De todo este hambre de otoño, me he dejado caer por el pueblo de Randa y allí me desquité con unos caracoles y un "arroz brut", plato donde siempre hay cabida para todos estos ingredientes de otoño. todo este manjar acompañado con un vino tinto de la casa, elaborado, por o para el celler. el vino resultó al go rústico, pero cumplió a la perfección con su cometido. el vino tenía frutosidad, taninos algo marcados, pero era fácil de beber y con un final de boca suave. No era el mejor vino del mundo, y seguro que no lo pretenden, pero encajaba perfectamente en ese escenario gastronómico.
Mi único pero, se lo lleva el arroz brut, estaba falto precisamente de algo más de "brut", sobre todo en lo que a verduras se refiere, (alcachofas, col) y algunos trozos de carnes de ave, pero hay que destacar que era muy gustoso y que estaba en su justo punto de cocción.




Para empezar, ya me he quitado mi primera espina de mi hambre de otoño, y espero que muy pronto pueda volver a disfrutar de más recetas de la despensa que el otoño nos ofrece. (Se aceptan sugerencias). Así que ya lo saben , salgan y disfruten de la oferta gastronómica de la temporada y .....

"... dejense llevar por las sensaciones ..."